Buenos días, amigos y amigas del blog y del mundo Visualthinking.
Hoy os presento una pequeña reflexión en clave visual sobre las magníficas aportaciones que tiene el visual thinking en la atención a la diversidad.
Desde el primer momento, como estudiantes de magisterio, y más aún cuando comenzamos nuestra andadura en las aulas, comenzamos a escuchar una serie de siglas, nuevas palabras que, mientras somos niños y niñas o adolescentes, al menos en mi experiencia, nunca habíamos utilizado: TEA, TDA, TDA-H, discalculia, dislexia, distonia muscular, dislalia, ACNEE, ANCE, dificultades de aprendizaje no verbal, dificultades de lectoescritura, síndrome de Dan, deficiencia visual, hipoacusia...
Son cientos de nuevas palabras, o, mejor dicho, cientos de ETIQUETAS. Y es que, en demasiadas ocasiones, y por desgracia, escuchamos: el niño con dislexia, la niña que es ACNE... Y no, no debería de ser así, pues todos ellos y ellas tienen su nombre, su personalidad, sus ganas de aprender, de no ser señalado por ser diferentes, pues, en la más absoluta realidad todos somos diferentes tanto en habilidades, como en capacidades, gustos y personalidad.
“Cada persona es un mundo”
Pues bien, dentro de la atención a la diversidad que debemos prestar atención y atender a cada uno de los niños y niñas de nuestras aulas, el Visualthinking es una magnífica herramienta metodológica para ayudarnos en esta andadura pues el Mundo VISUAL THINKING nos ayuda a nosotros como guías en el aprendizaje y a los alumnos y alumnas de todas las edades a mejorar en su competencia para APRENDER A APRENDER.
Así, el VisualThinking permite simplificar los niveles de abstracción, de modo que desde las imágenes más simples podemos observar, analizar, reflexionar, organizar, conocer y adquirir hasta los contenidos curriculares más abstractos, independientemente de la etapa educativa en la que el alumnado se encuentre. Además ayuda a mejorar y desarrollar la expresión oral, la capacidad creativa, la cooperatividad y por tanto, fortalece la inclusión de las diversidad de las personas que forman parte de un equipo o grupo, eliminando, de este modo, cualquier barrera que las “ETIQUETAS” hubiesen podido levantar y fortaleciendo la autoestima y todo el sistema de nuestra inteligencia emocional.
